Pequeños empresarios están encontrando en el cacao colombiano un vehículo para explorar nuevas oportunidades de progreso.
El chocolate artesanal viene creciendo y sumando consumidores adeptos, tanto en el mercado nacional como en el internacional. No es un tema incipiente; varios emprendimientos dedicados al cultivo del cacao y la producción de sus derivados han surgido en los últimos años, gracias a la materia prima de excelentes características.
Cacaos como el de Arauca, por ejemplo, han sido galardonados en varias oportunidades con menciones honoríficas, como “Cacao de Excelencia”, en el Salón de Chocolate de París, por sus perfiles sensoriales con fruta fresca y notas de caramelo.
No es un tema menor. Katrin Jiménez, una joven con espíritu emprendedor, identificó la potencialidad de este producto con condiciones tan particulares, para conectarlo con su nuevo proyecto de vida.
Ella, diseñadora de modas de profesión, se describe como una “emprendedora por naturaleza”. Tras varias experiencias en negocios de gastronomía y de vestuario, encontró en el cacao de su región una gran oportunidad para pensar más en grande.
“A mis 23 años, gracias a mi vinculación al Sena como instructora, me hice muy amiga del director de la fábrica de chocolate premium de la fundación El Alcaraván. Y ahí empezó este maravilloso camino”, comenta.
Tras un arduo proceso de investigación para entender la materia prima, los mercados, y las posibilidades de este producto, lanzó su primer lote en pasada feria del Cacao y Chocolate de Bogotá 2018, donde se le agotó el inventario en cuestión de horas. Así surgió Katcao, la empresa que ahora lidera Katrin.
“El tipo de cacao que manejo ha sido galardonado como uno de los mejores del mundo. Es un cacao muy suave; no utilizamos conservantes, aceites vegetales, ni leche en polvo, lo que nos garantiza una calidad excepcional”, indica.
Para ella, el cacao no solo es su nueva pasión, sino que representa la posibilidad de generar progreso en su región, comenzando por la profesionalización y la implementación de fórmulas propias; algo en lo que, asegura, es pionera en Arauca.
Sueña con exportar y que su producto sea reconocido en el ámbito nacional e internacional. Por ahora, está enfocada en seguir investigando para ofrecerle al mercado opciones innovadoras, mediante la transformación del cacao en productos de alto valor, que puedan competir en las grandes ligas.
Entre sus alternativas está el explorar las posibilidades del cacao y sus derivados aplicados a la gastronomía. “En platos fuertes, hay productos como el mix de cacao, una presentación seca partida en pedacitos, que se puede utilizar como adición en ensaladas frías o para sellar carnes. También se puede utilizar chocolate amargo en salsas para carnes o aderezo para ensaladas. Y en bebidas, es posible incursionar en cocteles de cacao o de chocolate, infusiones y malteadas”.
Los productos de Katcao, marca de chocolate artesanal y derivados de cacao araucano, se pueden adquirir a través de la cuenta de Instagram de la marca.
