Son tradicionales en la mayoría de países de habla hispana y, a su vez, un símbolo producto de la herencia de varias culturas.
Se presume que las empanadas surgieron de la costumbre de los pastores y viajeros, que rellenaban sus panes con viandas o vegetales para poderlos consumir en el campo. La versión más aceptada señala que la empanada es originaria de la cocina árabe, quienes por tradición suelen comer pequeños pedazos de varias comidas.
Esta preparación fue llegando a Europa, dando a luz a platos como los calzone italianos, los cornish pasties británicos o los börek turcos. Luego, con el arribo de los españoles a América, la idea de la preparación de este platillo se fue propagando por el continente, y sufriendo modificaciones en cuanto técnicas de preparación e ingredientes , conforme a cada provincia o departamento de nuestros países.
“El dinero no compra la felicidad. Pero compra empanadas…y eso es lo mismo”
En Colombia casi todas las empanadas se hacen se hacen con maíz trillado, a excepción de la bogotana, cuya masa es de harina de trigo. La diversidad que nos caracteriza, se ve reflejada en las variedades de empanadas que tiene nuestra gastronomía. Aquí algunos ejemplos:
Empanada costeña: Se hace con masa de maiz amarillo o blanco, rellenas de queso costeño y carne picada.
Empanada envigadeña: Son de masa delgada de maíz trillado, el cual es remojado previamente. Su relleno es de carne picada y papa, sazonado con hogao.
Empanada valluna: Pequeñas y muy crocantes. Se hacen con masa de maiz trillado amarillo, rellenas de carne picada, papa y mucho guiso.
Empanadas tolimeneses: se hacen con maíz trillado, carne, arroz y huevo. El relleno con lechona es otra variación muy popular.
Empanada santandereana: Se preparan con masa de maíz. El relleno tradicional es arroz, carne picada, huevo duro picado y cilantro.
Empanada caucana: Se hacen de pipián, un guiso de papas coloradas, hogao, maní tostado,huevos duros y achiote. Su masa también es de maiz.
Como dato curioso, en las épocas coloniales las empanadas solo eran consumidas en ocasiones especiales o épocas navideñas, pero hoy en día es uno de los platillos más populares de la gastronomía nacional, fuente de ingreso de muchas familias e incluso se han levantado monumentos en su honor, en los municipios de Caicedonia, Valle del Cauca, y Manizales, Caldas.
Su simbolismo tiene raíces históricas. Decía Kendon McDonald, crítico gastronómico y chef, que “la empanada es un símbolo nacional porque tiene elementos de las tres culturas base que tiene Colombia: indígena, criolla y afrocolombiana. El hecho de que esté hecha en general de maíz es una contribución indígena; la que más corresponde a ello es la de pipián, porque el relleno es casi precolombino. El hecho de que se frían es una contribución afrocolombiana; son ellos los que trajeron la técnica de freír a las Américas. La contribución criolla es el relleno, que tiene res, cerdo, garbanzo y huevo duro”.
Son representativas porque no tienen distinción de clases sociales. Son patrimonio porque están presentes en nuestra cultura colectiva. Son irresistibles, para la mayoría, porque en cada bocado hay una pequeña dosis de felicidad, tal como lo expresa la frase que ocasionalmente vemos en algunos establecimientos: “El dinero no compra la felicidad. Pero compra empanadas…y eso es lo mismo”
