Por: Asesores Gastronómicos Somos Diana y Luismi | @somosdianayluismi
No importa si has empezado desde casa o has abierto un establecimiento comercial. Desde el primer día todo negocio gastronómico tiene potencial de convertirse en una empresa.
Para hacerlo posible no hay secretos. Todo lo que necesitas es tener mentalidad empresarial y una estrategia. Todo lo demás es cuestión de causa y efecto.
No importa si haces panes o hamburguesas, si vendes a domicilio o tienes un restaurante. Las claves que te contaremos aquí aplican para todos los modelos de negocio por igual.
Un negocio de comida, de lo menos que va es de cocinar. Si quieres vivir de tu negocio al 100% y generar buenos márgenes de beneficio debes aprender lo que hay detrás.
Un negocio gastronómico sólido y rentable se basa en cuatro gerencias: oferta gastronómica,inventario, ventas y atención al cliente, costos y fijación de precios.
Cada una de ellas tienen el mismo grado de importancia y se retroalimentan entre sí de manera circular, es decir, una depende de la otra.
¿Cómo te ayuda esto y tu estrategia para aumentar tu ganancia?
Mucho, cada área de tu negocio se comunica contigo a través de los números, los cuales son la voz de tu negocio y los que te dicen cuál es la mejor decisión en cuanto a la rentabilidad, viabilidad y ejecución de tu producto final.
Todo menú que se considere estratégico ha pasado por el visor de cada gerencia. Se ha comprobado que es rentable en términos de márgenes de beneficio, que satisface las necesidades reales de tu cliente y que es un gancho para aumentar el ticket promedio de tus ventas.
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Detrás de todo buen plato hay una inversión minuciosa de tiempo para saber si, efectivamente, todas las horas de servicio valen la pena.
Conocer, controlar y desarrollar tu estrategia basado en los números reales de tus ventas, tu estructura de costos, tu inventario y tus clientes fidelizados, te harán convertirte en un empresario gastronómico, capaz de tomar decisiones desde la razón, según lo que necesita tu emprendimiento, y no desde la emoción.
Así que, a partir de hoy, cada vez que veas tu menú no solo fíjate en lo rico que puede ser. Observa también con detalle todo lo que debes planificar detrás para garantizar tu rentabilidad.
