El aceite de oliva, conocido como el «oro líquido» en la antigua «Ilíada» de Homero, ha sido un pilar fundamental en la dieta y la cultura mediterráneas durante milenios. Su uso es las cocinas profesionales es imprescindible.
Sin embargo, recientes desarrollos han revelado una sombra que se cierne sobre este producto esencial, con la falsificación y la adulteración en aumento, lo que plantea preocupaciones tanto para los consumidores como para la industria.
Según informes de CNN, el mercado del aceite de oliva, avaluado en US$22.300 millones en 2022, se enfrenta a una creciente amenaza de productos falsificados, especialmente aquellos etiquetados como virgen extra. Italia, España y Grecia, productores destacados, han sido particularmente afectados por esta problemática.
En noviembre pasado, un golpe coordinado entre las autoridades españolas, italianas y Europol condujo a la detención de 11 personas vinculadas a una red delictiva dedicada a la producción y distribución de aceite de oliva adulterado.
En el operativo se confiscaron 260.000 litros de este producto falso, junto con otros 5.200 litros de aceite de calidad comercial, listo para ser exportado. Las autoridades también encontraron 91.000 euros en efectivo, vehículos de lujo, etiquetas falsificadas y documentación fraudulenta que pretendía respaldar la autenticidad de los productos.
La falsificación del aceite de oliva virgen extra se ha convertido en una práctica común, según Europol, y la combinación de diversos factores ha creado un terreno fértil para los productores fraudulentos. La inflación de precios, la disminución en la producción de aceite de oliva y el aumento de la demanda han proporcionado la mezcla perfecta para esta actividad delictiva.
Coldiretti, la principal organización agraria italiana, señala que la fusión de aceite de oliva de alta calidad con opciones de menor calidad se ha vuelto habitual. La demanda global de aceite mediterráneo ha aumentado, pero las condiciones climáticas extremas han afectado la producción, provocando una caída del 41% en la producción mediterránea de aceite en 2023.
Para compensar la falta de oferta, la llamada «mafia agrícola» en las regiones mediterráneas productoras de aceite ha intensificado sus operaciones, desarrollando aceite de oliva virgen extra falso. La mezcla con aceites de calidad inferior permite a los delincuentes ofrecer precios competitivos mientras se infiltran en las cadenas de suministro legales.
Además, los estafadores recurren a tácticas como la adición de clorofila o betacaroteno para otorgar al aceite el característico color verde o amarillo mantecoso, engañando a los consumidores desprevenidos. El aumento de robos de olivos enteros o ramas cargadas de aceitunas también ha sido un resultado directo de la necesidad de los criminales de obtener aceitunas de calidad para sus mezclas adulteradas.
Las autoridades de Grecia, España e Italia han denunciado un aumento de los robos en almacenes de aceitunas y la destrucción de equipos de recolección para retrasar la cosecha y facilitar los robos.
La falsificación del aceite de oliva no solo plantea riesgos para la salud pública, sino que también socava la confianza del consumidor y tiene repercusiones económicas significativas. Un informe de la Comisión Europea de 2022 revela que el aceite de oliva es uno de los alimentos más fraudulentamente etiquetados en Europa y está entre los más investigados.
Cada vez más caro
A pesar de la mala cosecha de 2023 y la sequía en España en 2022, los precios del aceite de oliva virgen extra no muestran signos de disminuir. Tras la sequía, los precios del aceite de oliva en España aumentaron más del 80%, y el precio italiano aumentó un 66%, a pesar de que la cosecha no estuvo por debajo de la media.
La escasez de producción en 2024 en ambos países pronostica un aumento adicional en los precios de exportación, lo que hace que el mercado sea aún más atractivo para los delincuentes.
Foto de RDNE Stock project
