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«Para crecer un restaurante, hay que hacerlo de manera controlada»: Rafael Cardenas, Crunchy

marzo 6, 2024 6 minutos de lectura

«Para crecer un restaurante, hay que hacerlo de manera controlada»: Rafael Cardenas, Crunchy

marzo 6, 2024 6 minutos de lectura

Crunchy es un restaurante de comida rápida casual que ha comenzado a destacarse en la escena gastronómica de Bogotá, con su innovadora propuesta en la que los trocitos de pollo y las salsas artesanales son los protagonistas.

Especializados en ofrecer canastas de waffle comestibles repletas de trocitos de pechuga empanados y bañados en una variedad de salsas artesanales, Crunchy ha ganado reconocimiento por su enfoque en la calidad, practicidad y precios accesibles.

La experiencia de Crunchy se ha consolidado a lo largo de seis años de trayectoria. Su menú inicial, compuesto por conos con nueve salsas y un solo tamaño, ha evolucionado hasta ofrecer «bowls» que van desde 15 hasta 40 porciones para compartir.

Además de las canastas de waffle, el restaurante ha introducido opciones como el desgranado, una mezcla de papa a la francesa, maíz, queso rallado y trozos de pollo, todo bañado en salsas a elección. Por su parte, el quesito frito se ha convertido en un acompañamiento estrella, contribuyendo a que Crunchy sea reconocido tanto por sus originales platos como por la originalidad de sus propuestas.

Pero esta historia comenzó en un pequeño local atendido por los dos socios fundadores, quienes, gracias a su disciplina y enfoque en transmitir felicidad a través de la comida, han logrado expandirse a cinco sedes, contar con 24 empleados y pasando de vender 10 milllones al mes hasta alcanzar ventas mensuales por 350 millones de pesos.

Según su fundador, Rafael Cardenas, el éxito de la marca radica en ofrecer algo único en el mercado gastronómico, destacándose con el pollo frito presentado de manera innovadora. Con su filosofía centrada en transmitir felicidad, Crunchy ha logrado posicionarse como una opción fresca y diferente en el mundo de la comida rápida.

En conversación con revista Buen Gusto, Cardenas habla sobre su modelo de negocio, y comparte algunas de las claves que le han permitido crecer su marca.

¿Cómo nace la idea de abrir su propio restaurante?

Desde pequeño siempre tuve la idea de tener un restaurante, aunque inicialmente lo imaginaba más como un lugar elegante. Siempre quise tener un restaurante,  soñaba con un restaurante a manteles, al principio. Aún sin saber nada de cocina, siempre me cautivó el tema de la hospitalidad, y al terminar la universidad, sin experiencia en el mundo culinario, decidí lanzarme a aprender abriendo un restaurante. La idea evolucionó a comidas rápidas, pero quise investigar algo diferente, porque notaba que el mercado estaba saturado de lo mismo.

¿Cómo llegó a la idea de las canastas de pollo?

Mi gusto por la comida rápida y la búsqueda de algo diferente me llevó a descubrir los conos de pollo en Nueva York. Inspirado en esa idea, creamos los conos de waffle rellenos de trocitos de pollo en Crunchy. Inicialmente, solo teníamos un tamaño, pero tras recibir feedback de los clientes, evolucionamos a canastas de 15 a 40 chunks.

¿Cuál fue el mayor reto al iniciar Crunchy?

Al principio, no tenía experiencia en restaurantes y me aventuré sin saber. Aprendí sobre la marcha y el mayor reto fue entender el mundo de la gastronomía, especialmente la gestión de personal, algo en lo que aún trabajamos para construir una sólida cultura empresarial.

Inicialmente, pensé en contratar un chef para obtener la receta, pero mi amigo Jaime, chef de profesión, se ofreció como socio. Fue fundamental tener su experiencia en el emprendimiento gastronómico para respaldar el desarrollo del producto y la gestión diaria.

¿Cómo ha sido el crecimiento de Crunchy y cuál fue el local más desafiante?

Empezamos con un pequeño local en la 90 con 14, pero tras seis años, ahora tenemos cinco locales. La más reciente apertura, en el Centro Comercial Santa Fe, fue especialmente desafiante. Aprendimos que para crecer hay que hacerlo de forma controlada, con procesos claros y una cultura empresarial sólida.

A propósito,  ¿qué significa la cultura empresarial para Crunchy?

La cultura empresarial es crucial. Queremos transmitir felicidad a través de nuestros productos, y todos en la empresa deben entender y compartir ese propósito. La cultura se refleja en cada detalle, desde las interacciones con los clientes hasta el desarrollo del equipo.

En Crunchy, la cultura es fundamental. Queremos transmitir felicidad a través de nuestros productos y servicio. Es una cultura centrada en el cliente, donde cada miembro del equipo entiende la importancia de hacer que los clientes se sientan bienvenidos y felices. También buscamos fomentar un ambiente de trabajo positivo y colaborativo entre nuestro personal.

¿Cómo define la felicidad y cómo se transmite desde Crunchy?

La felicidad está en los pequeños momentos que hacen que la vida sea memorable. En Crunchy, por ejemplo, buscamos transmitir alegría a través de detalles como los trocitos de pollo y creamos una experiencia que haga felices a nuestros clientes. Le ponemos buena onda a todo, desde los empaques, hasta la comunicación en redes sociales. Estamos hablando siempre con los clientes en los puntos de venta, siempre buscando que salgan más felices de lo que llegaron. Queremos lograr que se sientan como en casa y añadimos algunos detalles, como el juego de stop en los individuales, para que las personas se diviertan un poco mientras esperan.

¿Y usted es feliz?  ¿cómo ha sido el impacto del negocio de restaurantes en tu vida personal?

Sin duda. Aunque el negocio es demandante, es lo que me apasiona. Cada interacción positiva con los clientes, cada reconocimiento a lo que hacemos, son pequeños momentos que me llenan de felicidad. Aprendo constantemente y he crecido mucho como empresario.

 

 

¿Cuál ha sido la lección más importante que has aprendido en el proceso de emprender Crunchy?

La paciencia es clave. Aunque al principio viví en una constante crisis existencial, aprendí que persistir y hacer las cosas bien lleva tiempo. También aprendí a soltar las cosas cuando es necesario y a actuar rápido frente a desafíos inesperados.

Hablando de retos, ¿cuál ha sido el mayor desafío que has enfrentado hasta ahora en el crecimiento de Crunchy?

Creo que uno de los mayores retos ha sido encontrar el equilibrio entre mantener la esencia y calidad del producto mientras crecemos. Al expandirnos, debemos asegurarnos de que cada local ofrezca la misma experiencia y calidad que nos ha caracterizado desde el principio. Además, la gestión del personal y la construcción de una cultura empresarial sólida ha sido fundamental.

Precisamente, en cuanto a la expansión, ¿cuáles son los planes futuros para Crunchy?

Actualmente, estamos enfocados en consolidar nuestra presencia en Bogotá. Tenemos cinco locales, pero estamos abiertos a la posibilidad de abrir más puntos de venta. La clave está en mantener un crecimiento sostenible y asegurarnos de mantener la calidad y la experiencia del cliente en cada ubicación.

¿Cuál es la lección más valiosa que has aprendido desde que iniciaste Crunchy?

La paciencia y la persistencia son claves. Al principio, quería que las cosas sucedieran rápidamente, pero he aprendido que el tiempo de cada negocio es diferente. Cada día es un aprendizaje, y es fundamental seguir adelante incluso en los momentos más difíciles.

¿Qué consejo le darías a alguien que está comenzando en el mundo de la gastronomía y los restaurantes?

Les diría que sigan su pasión y que estén dispuestos a aprender constantemente. La gastronomía es un mundo exigente, pero también muy gratificante. La paciencia, la persistencia y la atención a los detalles son clave. Además, nunca subestimen la importancia de construir una cultura empresarial sólida y de brindar una experiencia excepcional al cliente.

¿Cuál es el futuro de Crunchy y cuál es tu mayor deseo para el negocio?

El futuro de Crunchy es seguir creciendo de forma controlada, manteniendo la calidad y transmitiendo felicidad a través de nuestros productos. Mi mayor deseo es que Crunchy continúe siendo un lugar donde la gente pueda disfrutar de pequeños momentos de alegría.

 

Dónde

Colina Campestre, calle 137 57b5 | Usaquén, calle 120a 6a4 | Chapinero, calle 68 #6-39 | Salitre
Avenida Calle 24 6927

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