En entrevista con Revista Buen Gusto, Juan Esteban Orrego, director Ejecutivo Fenalco Bogotá, se refirió a las necesidades del comercio en Colombia frente a las medidas tomadas por el Gobierno Nacional frente al aislamiento obligatorio.
No obstante, Orrego advierte que si bien esta crisis sanitaria hay que manejarla, no se puede perder de vista el posible desencadenamiento de una crisis humanitaria por desempleo, que es lo que más le preocupa al gremio.
“La cuarentena fue necesaria al principio para mejorar la situación del sector salud en términos de capacidad de atención, pero ya estamos pidiendo a gritos que se empiecen a activar los diferentes sectores, de una manera responsable”, señala.
Para él, todos los sectores deben cambiar la manera de trabajar, pero necesitan reactivar sus actividades pronto, para garantizar que los comerciantes puedan vender, no solamente por plataformas, que si bien han cumplido un rol importante, no son suficientes.
Acerca del sector restaurantes, Orrego manifiesta que debe comenzar a atender a sus comensales de manera diferente a como lo venía haciendo, limitando cualquier tipo de aglomeración.
“Nos va a tocar bajar el número de personas en espacios comerciales. Esta es una situación de salud que nos toca respetar en términos de aforo”, acota.
¿Ciudades 24/7?
Dadas las condiciones en las que el comercio deberá reactivarse, y para recuperar el tiempo “perdido”, el Director Ejecutivo de Fenalco Bogotá asegura que como la eficiencia de los negocios no será la misma, “esto nos lleva a que tendremos que ampliar los horarios de la ciudad a 24 horas, para compensar la actual situación. No solo en el sector de la gastronomía, sino en todos los sectores”.
En su opinión, el Gobierno y los comerciantes deberán encontrar la forma rápida de reactivar la productividad, haciendo lo que corresponda hacer, pero siempre cuidando la salud de los consumidores.
“Uno de los grandes retos que se presenta ahora es, cómo podemos aumentar el número de horas de ocupación. Ese reto nos va a permitir tener más gente ocupada”, afirma.
Y es que si se quiere continuar con una vida productiva rentable, les toca a los empresarios cambiar de chip. En la medida que las actividades puedan ser de día y de noche, los horarios de todos cambiarán; la hora del desayuno o de la comida no será la de siempre, sino la que el horario laboral lo indique.
Para Orrego, será un cambio de paradigma profundo, pero es lo más viable en este momento. El tema de los horarios se requiere para seguir funcionando, no solo por el tiempo del Coronavirus, sino porque Bogotá necesita continuar con las obras que vienen, como el Metro o la ampliación del Transmilenio por la 68, lo cual traerá problemas de movilidad incalculables.
“Quienes operen con establecimientos físicos van a requerir más espacio, hacer implementaciones y cambiar muchas cosas, como disminuir su aforo. Así las cosas, no es lo suficientemente atractivo pagar un local en una ubicación Premium, si debo tener un número de comensales limitado y sobrevivir con una facturación que no me va a dar”, agrega.
Impactos inmobiliarios
En consecuencia, es cierto que muchos van a optar por cerrar el establecimiento y volcarse a las cocinas ocultas y la operación por domicilios. Con este panorama, efectivamente, es muy probable que el precio de la propiedad raíz tenga un cambio fuerte en los próximos meses y en los próximos dos años.
En la medida que se amplíen los horarios tal vez no se requiera ampliar los turnos, sino tener turnos adicionales para poder atender a esas personas que en esos horarios no convencionales empiecen a llegar.
“Definitivamente vamos a tener un número importante de puestos de trabajo perdidos, como parte de esa realidad de la que estamos hablando. En la medida que nos demoremos más en activar la economía, más puestos se van a perder”, comenta el Director Ejecutivo de Fenalco Bogotá.
Por su parte, el sector de entretenimiento nocturno tiene un reto de creatividad. Todavía no hay claridad ni alternativas, porque el espacio físico se requiere. Ahí, advierte Orrego, hay que trabajar en alternativas porque se requiere algún tipo de funcionamiento. “En 18 meses se quiebra cualquier empresa”, indica.
Con tono de urgencia, Fenalco hace el llamado para reactivar la economía porque empiezan a verla en cuidados intensivos. Todavía las perspectivas de reactivación son muy limitadas, sobre todo por parte de la administración distrital.
“La señora Alcaldesa ha demostrado una actitud responsable en su afán por cuidarnos, la cual es muy válida, pero debemos avocar por continuar con actividades para poder generar la conciencia porque este sector necesita trabajar y podría hacerlo, con las medidas del caso. Si cerramos demasiado tiempo terminamos acabando más empresas de lo que estamos viendo”, insiste Orrego.
Empleos en crisis
Con respecto a lo laboral, el Director Ejecutivo de Felanco Bogotá afirma que el Ministerio de Trabajo está pidiendo que no se puede despedir nadie, pero si el empresario no tiene con qué pagar los puestos de trabajo, pues no los puede conservar. “Sería más delicado prometerle a una persona que va a responder por su salario, cuando no tiene cómo hacerlo, que terminar su contrato”, dice.
Desde el gremio de comerciantes, el llamado es a poder hacer los arreglos que se puedan hacer, que se ajuste el salario a un menor valor a un 60%, de manera que la gente pueda sobrevivir en una “economía de guerra” como la actual, y que ese valor restante se pueda invertir en una bolsa de horas, que se pueda utilizar posteriormente.
“Esperamos que así un empresario cuando está pagando una nómina genere un activo, que luego pueda cobrar en el momento que vuelva a abrir. Inclusive que ese ajuste pueda ser una decisión rápida, unilateral si la persona está en la casa para poder conservar el puesto, sin tocar el salario mínimo. Muchos trabajadores conscientes han recibido esta propuesta con beneplácito, otros con preocupación”, concluye Orrego.
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